Pero también se genera un riesgo fundamental: la pérdida de control sobre los contenidos publicados en su sitio web. Las aportaciones malintencionadas podrían perjudicar la reputación de su sitio y su imagen personal, llegando, en el peor de los casos, a ver publicados contenidos ilegales. En dichas situaciones, como editor del servicio Internet, está sujeto a responsabilidades legales.
Frente a este riesgo, puede tomar disposiciones por su propia cuenta: establecer una línea de conducta que usted presentará a sus visitantes, desarrollar herramientas de moderación para detectar, advertir, corregir o censurar; a continuación contratar moderadores para hacerla respetar. Este procedimiento podría resultar delicado, largo y oneroso.
También puede recurrir a profesionales de la moderación, que operan con equipos experimentados y tienen a su alcance herramientas eficaces. Además, la mutualización de los flujos por moderar permite una economía de escala de la cual podrá también beneficiarse.
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